Si unos amigos te dicen que eres un introvertido de libro pero otros están convencidos de que eres extrovertido, ¡puede que se deba a que eres ambivertido! Los conceptos de la introversión y la extroversión surgieron a principios del siglo XX de la mano del psiquiatra Carl Jung. Él creía que algunas personas ganaban energía al relacionarse con el mundo exterior y otras con el interior. Sin embargo, la personalidad es algo demasiado complejo como para ceñirse a un extremo u otro.
¿Qué implica ser ambivertido?
Una persona ambivertida es aquella a medio camino entre la introversión y la extroversión. Según varios estudios, los ambivertidos hablan y escuchan por igual, ya que tienen rasgos de ambas personalidades.
Te lo pasas igual de bien solo que con gente
Puedes pasarte horas a tu rollo y luego acabar el día cenando con amigos. Al ser un híbrido entre un introvertido y un extrovertido, ambas situaciones te hacen feliz.
No siempre te apetece conocer gente
Aunque te guste ampliar tu círculo social, no siempre tienes ganas. A veces no te apetece iniciar una conversación. ¡Todo depende de qué humor tengas!
Eres reservado
Eres una persona reservada. Esto quiere decir que ni te desgañitas en un concierto ni te pasas todo el espectáculo callado.
Se te da bien negociar
Al ser bueno hablando y escuchando, se te da bien negociar. Las personas que te rodean se sienten escuchadas cuando están contigo.
Eres observador
Eres observador y no te cuesta dar un paso atrás y escuchar. No obstante, si tienes algo que decir, lo harás.